La Tonina o Inia de agua dulce



Pedro Trebbau

Pedro Trebbau junto a una tonina de agua dulce.

Por Pedro Trebbau


Publicado originalmente en la revista Natura de divulgación científica de la Sociedad de Ciencias Naturales La Salle.



E ntre los Cetáceos de nuestros días, la familia Platanistidae, los delfines de río, son más interesantes porque pueden ser considerados fósiles vivientes, sin mayores cambios durante cientos de miles de años. Por fósiles encontrados sabemos que al principio vivieron en el mar como los otros delfines y que eran muy numerosos. Del Mioceno (Era Terciaria) conocemos, por lo menos, quince diferentes especies de esta familia. Al final de este período se desarrolla un nuevo tipo de delfín, el de los mares. Este era mucho más especializado y por efectiva competencia tomaron completamente el más apropiado y rico hábitat, los océanos y los mares. Los Platanistidae se vieron forzados a buscar áreas menos apropiadas para vivir: los ríos.

Hoy en día, encontramos una especie de delfín de río en China (Lipotes vexillifer), dos especies de familias cercanas en la India (Platanista gangetica), el delfín ciego del Ganges y Platanista Indi; una especie en la desembocadura del río La Plata, Pontoporia Blainville, y un complejo de formas cercanas hasta ahora bajo el nombre de especie geoffrensis, que viven en las cuencas del Amazonas y el Orinoco.


Características de la especie

Las Inias o Toninas como los otros Platanistidae son formas primitivas. En los delfines modernos todos los dientes son más o menos del mismo tamaño y forma. No así en la Inia, allí los últimos posteriores de cada mandíbula se ven todavía como molares, como los conocemos en otros mamíferos terrestres. En los delfines modernos, como especializados en la velocidad, su cuerpo se alargo sin posibilidad de volver la cabeza. Los Inias presentan cuello y los animales pueden volver su cabeza hasta 90 grados hacia cada lado. Tienen una especie de cerdas en el hocico. Estos pelos pueden ser considerados los últimos remanentes del pelaje normal que los animales tenían antes de empezar a entrar en el agua y convertirse en animales completamente adaptados a la vida en ese nuevo ambiente. Aún así, no sabemos si las cerdas en el Inia tienen todavía una función, por ejemplo, como órganos de los sentidos en su busca de pescados en aguas pantanosas.

La Tonina de agua dulce Inia geoffrensis Blainville 1817, es uno de los mamíferos acuáticos más representativos de la fauna venezolana. En cuanto a anatomía externa se refiere, la proximidad entre las especies se acentúa, pero si se da un repaso a su constitución interna, denotamos ciertas variantes que la individualizan dentro del marco de mamíferos acuáticos.

Según los estudios y observaciones hechas en ejemplares capturados en varios países del norte de Sudamérica, en algunos especímenes aparece un tercer cóndilo occipital. Este tercer cóndilo (Condylus tertius), está situado en el basioccipital, entre los dos cóndilos occipitales. Su tamaño y forma varían notablemente de unos especímenes a otros. Mientras unos se presentan articulados y con recubrimiento cartilaginosos, en otros, es un simple rudimento.

Una segunda anomalía se presenta a veces en sus aletas, pues es patente la presencia de un sexto dedo en varios ejemplares estudiados, desde 1813.

En cautividad son bastante desconocidos, aunque no se puede pensar que sea debido a la mala adaptación a ese medio, sino más bien a los graves problemas a que son expuestos los especímenes desde su lugar de captura, en los remotos rincones del interior de Venezuela y Brasil, hasta los medios civilizados donde se les puede atender más convenientemente. Además los shows con estos animales no son tan efectivos como los ofrecidos con los marinos, por lo que la explotación con estos fines resulta prácticamente nula.


Localización geográfica

Están ampliamente distribuidos por las grandes cuencas Orinoco-Amazónicas. Se les encuentra en todos los ríos a estos dos colosos de agua dulce, por lo que no es raro verles en Perú, Bolivia, Ecuador y Colombia, además de Venezuela y Brasil. La forma más común de captura con fines de estudio, consiste en Elevar al grueso de la manada a un meandro del río de aguas poco profundas, cerrando el paso por ambos lados y procediendo a engancharlas por medio de “chinchorros”. Con cuidado se transportan en recipientes alargados con agua para su posterior estudio y comportamiento en cautividad.

De esta forma se recolectaron nueve toninas, cuyas medidas quedan reseñadas en la tabla adjunta y que pueden servir como pequeño complemento al conocimiento general de esta especie tan familiar en nuestros ríos y a la vez tan desconocida para el público en general. Desde la antigüedad; los aborígenes de los lugares han tendido a divinizar por el cúmulo de leyendas que sobre ellas se ha cernido. Estas lejos de amenazar a los animales les han servido para perpetuar la especie, pues no ha habido presión humana alguna sobre ellas.





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